martes, 26 de noviembre de 2013

Choque de miradas.

Ambos rompimos las cadenas que nos mantenían atados a aquellos instintos tan básicos y desalentadores como lo eran los miedos.. fue entonces cuando los sentimientos danzaron al compás de nuestros corazones, nuestras miradas se encontraban en numerosas ocasiones, y cada vez que lo hacían se helaba el alma, porque no podía existir mayor profundidad en un choque de miradas. Sabíamos que nuestro amor era eterno, de tal manera que ni las palabras ni las promesas podían hacer sombra a la armonía que sentíamos estando juntos, se convertían en banales cárceles, que nuestras miradas se empeñaban en romper, porque sabíamos que no necesitábamos un contrato, ya que juntos conseguíamos volar, danzar junto con nuestros sentimientos al son de la libertad que sentíamos en el pecho, tras la calidez de un amor sin fronteras, sin barreras y sin obstáculos. No necesitábamos nada más a lo que aferrarnos, solo el amor y la confianza que nos inspiraba la verdad en los ojos, porque eso, amigos míos, es lo que yo llamo amor. Saber que alguien estará ahí para ti, pase lo que pase y sin necesidad de poner etiquetas a fin de sentirse más seguro, porque no hay mayor seguridad que mirar a esa persona y que en su mirada se reflejen las alas que necesitas para ser feliz.