jueves, 6 de julio de 2023

Mona Lisa.

 Al amor que es y no es...

Porque mirarte es como ver la fluorescencia de las luciérnagas alzarse tímidamente en la oscuridad de la noche. 

Eres un suspiro, una bocanada de viento, ni lo suficientemente fuerte para molestar, ni lo suficientemente suave para pasar desapercibida.

Llegas y dejas a las palabras deslizarse a través de tu impermutabilidad, tan dulces, tan serenas, que acompañan a la alegría y la tristeza de igual manera.

Me sorprendo descifrándote, como si fueses un enigma. Y tu sonrisa se alza entre los mayores misterios. Me recuerda que no todo lo sencillo tiene una explicación a mi alcance.

Y a veces eres arte. Y a veces eres simple, y a veces compleja, pero eso es lo que te ensalza como a una pintura rupestre porque, tu significado, queda oculto para quien haya llegado en la exactitud de tu templanza.

Entonces, solo entonces, el mundo desvela el gran engranaje que nos tenía oculto; las personas como tú han de mirarse varias veces.

Desgarro.

Desde que te fuiste, Andrómeda no es la misma. Tampoco lo somos nosotros.

Aslan ya no está, ya no podrá molestarte nunca más su tos, no podrás verle como la obligación que impedía que viajásemos. Bebé duerme siempre conmigo, solas; es nuestra rutina. Merlín ya no rompe todo, ya no tendrías que tener miedo a perder más objetos materiales por su culpa.Y Oni.. ella está más cariñosa, cada día me busca más.

Ellos ya no notan tu ausencia, pero yo sí.

Llegar a casa nunca dejó de ser bonito, pero muchas veces fue triste. Faltas tú y falta Aslan, claro.

Sigo pensando que me pedirás que te arrope otra noche, que te llene la cara de besos fingiendo que soy un tiburón o que me llamarás guapa aunque yo sepa que no lo estoy.

Sigo pensando que nos cuidaremos cuando estemos enfermos, con sopita y mantita, y un poco de amor extra hasta ganar a los virus.

Pero también pienso que volverás a decirme que no vives la vida que querías, que seguiré siendo un impedimento, que a mi lado no serás feliz y tampoco querrás que cambiemos las cosas para que puedas serlo. Y no puedo juzgarte, sigo sin poder hacerlo.

Extrañarte, por el contrarío, es algo que no he dejado de hacer. Cada vez con menos frecuencia, pero esperarte sigue siendo mi única constante.

Ya casi va a hacer un año y va tocando aceptar que no vas a volver.