Concentré, pues, mi caos mental vomitado en líneas y, con ello, no conseguí más que el reflejo de una mente perturbada que moría entre palabras.
lunes, 17 de diciembre de 2012
Veneno.
Por ese inciso, ese momento en el que sentimos placer en el dolor, en el que nos revolcamos entre la sangre de nuestras heridas peor cicatrizadas, y el anhelo y las lágrimas son elixir, la locura hace mella hasta en las mentes más privilegiadas, y por una milésima de segundo, buscas herir. La maldad que se esconde tras cada poro de una piel superflua, de un disfraz de carne, es la que de verdad define lo que somos, y lo que nos gusta hacer a sombras de la luz. Es la versión de nosotros mismos más real, pero mejor escondida.
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