domingo, 1 de noviembre de 2015

Supongo que mi forma de querer es distinta. Puedo estar meses e incluso años sin echar de menos a alguien que había significado tanto para mí, y luego mis cimientos se desploman queriendo volver al momento en que decidí que la soledad debía acompañarme, en vez de reordenarme y seguir como debería seguir.
Pero bueno, acabo recordando que es gracias a esos momentos en los que el regocijo sobre uno mismo es posible, y nace el alma del poeta.
Ella parece haberlo superado, mientras yo... yo sigo empeñada en descifrar cada momento y cada detalle que nos hicieron llegar hasta aquí, mientras sigo esperando encontrar a alguien que ocupe su lugar, aunque sé que eso es imposible, nadie tiene dos almas gemelas...