lunes, 20 de febrero de 2023

Nostalgia.

Tu recuerdo sigue impregnando cada rincón de esta casa.

A veces me sorprende tu risa, tan aguda cuando algo te llenaba el alma, otras veces es tu voz, grave, aterciopelada, lista para deleitarte una noche entera de tertulia o para caer en otro de nuestros juegos de lenguajes inventados.

Tus ojos me siguen llenando el interior, tan distintos a través de tus gafas de cuando te las quitabas para irnos a dormir, pero sin perder ni un ápice de belleza, y tus labios, tan tiernos cuando me refugiaba entre tus brazos, tan calientes cuando decidíamos trascender a otra galaxia juntos.

Me hubiese gustado conocernos más adelante. Más maduros, con más temple, más perseverancia, porque yo sé que eras la persona adecuada para acompañarme el resto de mi vida, jamás tuve dudas, y a día de hoy me sigue partiendo el corazón que fuésemos tan jovenes como para resistir la mala racha, ese primer y último asalto.

Paso largas temporadas en las que consigo olvidar que existimos, pero luego, tu recuerdo vuelve con más fuerza, y vuelve a empezar la rueda… la lucha interior entre necesitar que vuelvas y sentir que debo olvidarte de una vez.

¿Cómo hacerlo? Dime… si siguen apareciendo caminos que me llevan a ti. 

Este fin de semana tuve que ir a nuestro viaje con otra persona, a nuestro concierto. Tocaron una vieja canción, de esas que tan descaradamente me recuerdan tu existencia… ¿te imaginas lo que cuesta no llorar en un momento que, se supone, debe estar siendo feliz?

Tú sabes que, antes de que tú llegases, amé a alguien con la mayor de las intensidades, lo que tal vez no sepas es que nunca había amado a alguien tan profundamente como a ti. Nunca había sentido el amor, en su faceta madura, recorrer mi interior.

Ahora, tengo miedo de volver a sentir, no me es fácil dejarme llevar. Ya no soy la misma persona que construía un fuerte de sábanas y unos gorritos de papel de aluminio, ya no me imagino envejeciendo con nadie.

A veces me pregunto si te llevaste contigo los malos momentos que vivimos, porque soy incapaz de recordarlos. Aparecen a ráfagas y los sustituye tu esencia, y ciertamente lo prefiero así, prefiero no poder olvidarte porque juntos… juntos teníamos un universo propio.

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