domingo, 14 de enero de 2024

Kenmeina.

No la vi venir.

No sabía que mi corazón había quedado sepultado en este duelo. He cavado hasta lo más hondo, me he dejado las uñas, la piel, la sangre, pero no lo encuentro. Debe de haberse recluido por sí mismo; sé que me pide que pare.

No quiere volver a sentir y no le culpo. No es su momento.

Te mentiría si te digo que no quiero hacerle caso; yo también siento que no lo es.

A veces, me levanto y no tengo ganas de continuar en un idilio que ni me creo, porque sé que tengo un tope tan grande sentimental, que me fuerzo a estar bien siguiendo los dogmas en los que siempre he creído, pero que, ahora mismo, no me valen. 

No quiero dejar un rastro de cadáveres a mi paso, por eso, no quiero ahora la profundidad del ser en los sentimientos. Solo quiero que sigan recluidos mucho tiempo, para que no pueda volver a perderme a mí misma. Nadie se merece eso, sé que ni siquiera yo, pero es el camino que necesito ahora.

Me he sentado todos estos días frente a mí, me he exigido una respuesta y siempre me doy la misma; el tiempo es tuyo, no puede ser de nadie más ahora mismo. Ya no es que mi ritmo sea lento, es que siento que se paró y, cuando lo fuerzo, llega la apatía.

En algún momento, mi corazón volverá del lugar en que esté. Rearmará su lógica y será el de siempre. Ahora, eso no es posible y tampoco quiero ir a buscarlo. Voy a darlo por perdido una temporada y quedarme con esa parte que sólo piensa en que he entrado en una nueva década y toca hacerle frente a los sueños acumulados de la Alicia pasada. Saber cuáles siguen presentes; apostar por ellos.

Ahora creo que la soledad sentimental es preciosa, porque no te distrae. Porque impide que quieras a alguien, hasta dejarte los huesos, y sientas que sólo eres una sombra, que no eres suficiente. 

Yo quiero dejar esos sentimientos a un lado completamente. Yo quiero curar esas heridas. Yo no quiero ofrecer esa misma moneda y, ahora, es todo el cambio que me queda.

Cojo mi espada una vez más. Esta década la batalla tiene que ser distinta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario