martes, 21 de noviembre de 2023

Fondo de microondas.

 Quiero quitarme la piel y ver lo que hay debajo.

Como cuando miras un cuadro y creas una concepción de lo que la idea representa para ti, pero el autor ya lo ha conceptualizado y su significado hace que el tuyo carezca de sentido. Luego, ya no puedes mirar ese cuadro de la misma manera, porque ha mutado a tus ojos. Es un nuevo cuadro.

¿Soy yo eso? 

Hoy me siento como una idea inconclusa; todo mi sentido empieza a desvanecerse.

Hoy no me creo todas esas cosas que me repito que soy. Hoy no encuentro a nadie en el desierto. Solo una incoherencia, dentro de otra incoherencia, de otra…

Pero no hay profundidad. Todo es estático y plano en este desierto, no he encontrado ningún hoyo con sombra, aunque hubiese querido que sí.

A veces sueño con un fantasma. Quiere teñir su aura gris, pero no encuentra los colores, no sabe verlos. Yo se los describo y él me describe todos los espectros del gris. Entramos en un mundo distinto a través de los ojos del otro y completamos la visión sin un opuesto en decadencia, solo un hueco lleno. Pero sé que es un reflejo de mi ego, como tantas otras demandas de mi subconsciente.

El espectro de grises hoy me opaca los matices. Puedo ver el fondo de microondas en mis atropellos mentales, puedo ver que dar me desgasta y deja ese zumbido. Un regusto amargo.

Hoy me da todo igual. Mañana. Mañana le pondré un matiz.

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