domingo, 2 de abril de 2023

Amigo mío.

 Y cuando te veo a los ojos, aletargada por el refrigerio de la noche, podríamos decir que no estoy siendo objetiva, más bien me pierdo en el deseo de encontrarme otra vez con tus labios, de una manera más apasionada, tal vez.

Y me recreo entre sensaciones que mañana no estarán, pero que esta noche mueven todo mi lívido. Te mueves cerca de mí y tu mano se encuentra con la mía, con la sutileza de una caricia, con la grosería de un encuentro inacabado, y danzamos alrededor del otro, como amigos que se conocen de toda la vida, aunque apenas nos acabemos de encontrar.

Yo te vi, entre el resto de almas vacías, y fuiste un alma en completa plenitud, así que no te evapores ahora que los límites se entrecruzan, porque nuestra amistad trasciende la sexualidad y no se recrea en ella, solo se balancea ligeramente para volver a su punto inicial.

Entre tú y yo no cabe el amor romántico, cabe la confianza y confidencia de una amistad con derecho carnal no llevada a cabo, y es mágicamente perfecta, porque eres tú y soy yo y, de alguna manera, siento que eso no se va a romper nunca, porque, aun lejos, seguirás siendo tú y seguiré siendo yo, coexistiendo entre el escepticismo y la credulidad, esa balanza tan profunda que creamos juntos.

No me recrearía por mucho tiempo en las cosas del sentir, pero te confieso, amigo mío, que pasaría de puntillas entre tus ojos y volvería a rozar tus labios, como un juego de niños, como un, poco convencional, idilio secreto, para volver a la línea de meta y contarte mis desengaños, al igual que escuchar los tuyos.

Podría leer en esa cafetería, perpetuando el silencio que existiese entre ambos, porque hay una hermandad que danza entorno nuestra, que suma y no resta. Podría no hablar contigo en mucho tiempo, pero te seguiría sintiendo en mi corazón, reservando el lugar que nuestras conversaciones han guardado. Y si todo ello acabase, seguiría recordándote con cariño, porque tú seguirás siendo tú, aun cuando nuestras vidas ya no converjan.

Aun cuando nuestras almas dejen de encontrarse.


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