lunes, 2 de octubre de 2023

La hipótesis del espejo.

El tiempo se desdibuja en los rincones de mi mente, a veces lento e inmutable, a veces ávido y veloz. Parece saber qué se oculta tras cada paraje aquí dentro y evoca fragmentos de sí mismo para que pierda la cordura.

Me miro al espero y sé quién soy, pero no sé si voy a seguir sabiéndolo cuando acabe este mes. 

Mi reflejo me juzga. A veces me recuerda que no soy suficiente para devolverle la mirada, que esta piel no es bonita, tampoco estos rasgos angulosos que tan poco suelen acompañar a los cánones de belleza. Otras me contempla como si fuese una obra de arte, eclipsada entre el brillo de mis ojos y la comisura de mis labios. 

Y me gusto, y me vuelvo a disgustar para volver a gustarme otra vez, en un ciclo eterno, alimentando en traumas infantiles y temores de autosuficiencia.

¿Qué verá mi reflejo dentro de un mes?

Me atormenta que mi nuevo reflejo no sepa apreciar el brillo de mis ojos y no haga más que despreciarlos cuando le devuelvan la mirada.

¿Qué haré entonces, cuando haya dejado de ser yo?

Deseo cada noche encontrarme más que nunca, en esa nueva versión de mí misma que me espera. Y si no lo hago…

Si no lo hago…

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