domingo, 5 de marzo de 2023

El mendigo.

Ser mundano y pagano... ¡oh, ya conozco ya tus tretas!

Oculto tras el brillo de una pantalla, buceando en un mar de espuma desventado. Ingieres el picante y dulce sabor anaranjado, mientras tu alma juega a desentrañar el engranaje de la realidad. Dual, claro, ¿cómo comprender los diferentes aspectos humanos de otra manera?

Trasciendes la realidad instaurando una propia. Te aferras a la moralidad de tus palabras intransigentes, armas de doble filo, pese a que tu alma conoce un amplio espectro de matices diferenciados, tal vez, poco pronunciados...

¡Oh, transeúnte del estraperlo! ¿cuánto hemos tú y yo crecido?

Desde que transito tus filas, no conozco yo otro arroyadero más fructífero y mortecino. 

Cada noche en que, por algún casual, decidimos conversar sobre el platonismo de la existencia, no hay más que horas de infinitud en la esencia.

¡Oh, atroz caballero! ¿algún día dejaremos de jugar a este juego?

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