sábado, 1 de junio de 2024

Runaway II

Que escriba, que escriba...

Pero, ¿qué evoca esto?

A veces, mis emociones sólo son amasijos de fragmentos, mal cohesionados, tratando de salir a flote. Su solución es sencilla; que lo escriba. Claro, como si fuese sencillo fijar la vista y no perderla en el blanco infinito de píxeles que se extiende ante mis ojos, tratando, en balde, que el negro despunte en un conjunto al que acabaría denominando retazo.

¿Es esto un retazo? No, sólo soy yo, con esa canción burbujeando en mis pensamientos, apareciendo en cada recodo, despuntando en el silencio; "Runaway from me baby, runaway"...

Y ese fragmento de mi pasado viaja con ella. Ahora, soy capaz de centrarme en los sentimientos que podía contener ese cúmulo de dramatismo al que, antaño, daba forma, como tantas otras veces, porque el sentimiento vuelve con la canción, pero, ahora, puedo mirarlo de manera distinta.

Ahora, sé que tengo apego evitativo para relacionarme con las personas, por eso siempre sentí que rompía todo cuanto tocaba, por eso sigo sintiendo que lo hago.

Dejo la melodía, a piano, de fondo, y todo son sentimientos...

Mi carne alza el vuelo, también mis huesos; toda mi materia, y veo lo que soy... soy miedo.

Cada vez que siento que alguien va a ser especial; soy miedo. Cuando noto el más mínimo cambio; lo veo a través del miedo y me alejo por ese mismo miedo. Puedo ver mis heridas sangrar alrededor de ese miedo, y aferrarme a la moralidad de sentirme incomprendida, para usarla como motor en el que reforzar ese miedo y poder alejarme.

Luego, la culpa salpicará mis entrañas; pintará un nuevo cuarto para ella sola aquí dentro y tendré que cerrar esa estancia, aunque sepa que la puerta se abrirá eventualmente y me arrastrará a su interior, donde la pintura todavía está fresca para seguir manchándome.

Pero yo preferiré ese nuevo cuarto a volver a perder a otra Sandra, a otro Javi... porque no querré otra esencia escurriéndose de manera infinita entre mis dedos, sin poder hacerla nunca más mía.

Porque preferiré romantizar esa ausencia, ese dolor y esa culpa, sin dejar que la otra persona llegue siquiera a comprender un ápice de este dolor, porque habré sido incapaz de compartir a mis preciosos fantasmas... porque son míos. Es lo único que me queda de ellos, ¿para qué iba a querer compartirlos? ¿para que me abandonen al completo?

No. 

Mejor huye y deja que te romantice, serás parte de estos píxeles negros, pero no por mucho tiempo, porque ya tengo a tres eternos, no puedo querer tanto a nadie más. Y yo... yo seré la mala en otra historia, pero mejor eso a que empatices conmigo y sea la víctima; nadie se merece eso.

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