miércoles, 19 de junio de 2024

Malabarista.

Siento que es aquí y que eres tú.

Lo veo cuando te esfuerzas en comprenderme, al igual que lo hago yo; nuestro amor no es una lucha contra el otro, sino contra nosotros mismos. Una lucha juntos por salir de un pasado que no tiene que definirnos más, por crear ese espacio en el que vernos y sentirnos vistos.

Me encantan todos esos pequeños gestos que, tal vez, no siempre te digo. Como cuando te miro mientras nos abrazamos y me llamas guapa, y me das un beso en la frente.

Como cuando cualquier opinión es válida y nunca discutimos en nuestros ratos juntos, porque no hay espacio para eso cuando nuestros corazones se ven.

Como cuando reímos tanto, por todas esas tonterías y chistes malos, por poder sacar aquello que nos ha dolido en forma de chiste, para manifestar que lo hemos superado y que podemos traerlo al presente como una broma para reírnos del aprendizaje, y no como reproche.

Me encanta eso de ti, que no hay reproches. Que, cuando discutimos, aunque tengamos esa tediosa dificultad de no entendernos, nunca hay listas interminables de cosas pasadas que sacar de nuevo; que esas cosas conseguimos cerrarlas sin necesidad de recrearnos en ellas.

Que, aunque cueste, siempre te vas a sentar a mi lado a hablar. Que sacarás a ese malabarista interior y tu mejor esfuerzo para arreglar las cosas; para poner soluciones y no impedimentos.

Ni tú ni yo nos anclamos al pasado, porque valoramos más el camino y el esfuerzo que hemos hecho para estar juntos, que todas esas cagadas que han ido apareciendo. Tienes esa madurez, esa calma, esas ganas…

Y, aquí dentro, todo eso burbujea. Porque tus sueños son bonitos y también son humildes. Veo un reflejo de mis seres más preciados en esa sencillez, esa que tan bien encaja entre los míos, y por eso te quiero, porque te admiro.

Admiro lo que eres y lo que consigues día a día, lejos de las gilipolleces pretenciosas que tan poco me gustan. Tú brillas por eso; por ser tan único.

No hay comentarios:

Publicar un comentario