lunes, 17 de junio de 2024

Tu sentimiento primario.

No puedes dejar de hacerlo, ¿eh?

Supongo que es un sentimiento primario. Un vago resquicio de añoranza que busca aquí la reminiscencia de aquello que se ha perdido.

¿Te soy sincera? Escribo esto porque tengo que escribir mis pensamientos. La mujer tras la libreta me lo pidió para poder tener mayor control de mis sentimientos, pero, ¿te vuelvo a ser sincera? No me apetece.

No me apetece dedicar palabras a alguien que hace un daño consciente, pudiendo evitarlo. Me pregunto qué buscas en eso, y, si buscas algo en eso, al menos, deja de buscar nada aquí, porque, puede, esta sea la última; tantas veces lo he visto que ha dejado de importarme tanto, que he dejado de mirar.

Has conseguido que ese sea el cierre del vínculo, paradójicamente.

Imagino tu voz diciéndome que yo hago lo mismo. Equiparando mis sentimientos a tus llamadas de atención, rabietas o faceta desesperada de solterón buscón, qué sé yo. Pero, te imagino comparándolo por el hecho de que ambos nos hemos decepcionado y seguimos haciéndolo.

Es cierto, ahondando sólo en ese último sentimiento. Pero, al menos por mi parte, no es algo que haya podido decidir; nadie tiene control de sus sentimientos. 

Ahora dime,  ¿qué sentimientos hay por esa persona en tus acciones como para hacer un daño tangible a alguien que has perjurado que quieres tanto?

Rabia.

Y me gusta verla pese a no saber absolutamente nada más de ti o, al menos, me gusta imaginar que es eso porque, si la duda cruza alguna vez mi mente, todo esto ha reafirmado que cogí el camino correcto; que me evité un mal mayor a la larga.

No sé si esto te sirva para dejar de mirar aquí; que te guardo cariño, claro, pero verlo en cada publicación ha hecho que seas un extraño para mí y, ese cariño, se haya ido apagando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario