lunes, 24 de junio de 2024

Alegría.

Y adoptas una normalidad; la conviertes en tu vida.

Generas un nuevo estándar de sucesos que, previamente, no habías dado lugar siquiera en pensamiento, pero ahí está.

Resulta que, quien creías inquebrantable, se convierte en extraño. Quien dejaste que cruzase una línea, vuelve al punto de partida. Quien creías que no cambiaría; lo hizo.

Y, poco a poco, las piezas se suceden. Como si no debiese haber sido de otra manera. Como si el dolor y la ausencia cuadrasen tan bien con la felicidad y la dicha, que el retroceso es impensable; a sabiendas que, de otra manera, no podría haberse dado así.

Abrazas ese dolor con felicidad. Ya sabes que es otra de esas bonitas oportunidades de sentir. Otra de esas que nos gusta aferrar y exprimir hasta el platonismo.

Qué bonito saberse aquí, dolida, querida, incompleta, sensible.

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