Supera tu tormenta y sigue adelante. No pares, el camino es así.
¿Quién iba a decirnos a dónde llegaríamos cuando la vida empezaba a tornarse seria?
¿Quién iba decirnos que podríamos ser gente con almas partidas, tratando de salir a la superficie? ¿No te preguntaste, alguna vez, si querías dar eso mismo que tú sentiste tanto tiempo a la gente que te trababa bien? Entonces... ¿por qué lo hacemos?
Caminamos leguas y leguas, pensando que sólo existe nuestro sufrimiento... sin llegar a ver el peso que añadimos a esas otras almas rotas, que han sufrido tanto como nosotros.
Me duele no haber encontrado prácticamente personas partidas que no quisiesen pagar con la moneda de su sufrimiento... ¿no es absurdo que no podamos apoyarnos entre nosotros? ¿no lo ves en sus ojos?
Como pozos... pozos de oscuridad con una luz contenida. ¿Por qué ibas a robar el único resquicio que se ha esforzado por brillar?
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