martes, 27 de agosto de 2024

No te dejes invalidar.

Creo que nunca me había sentido tan invalidada como me he sentido hoy, cuando he visto soberbia y desgana en tener que validar mi sentir y… ¿si eso pasa ahora, qué pasará más adelante, cuando salgan a relucir más dolores como este?

¿Tendré que reprimirlos todos porque no vas a ser capaz de validarlos? ¿Tendré que forzarme a no sentir e invalidarme a mí misma porque mi persona de vida lo hace?

Me pregunto por qué cuesta tanto validar y empatizar con los sentimientos de otras personas, por mucho que no entendamos ese dolor o no lo compartamos. Me parece tan frío hacer que una persona se sienta exagerada y empequeñecerla, en vez de abrazar donde duele y saber pedir perdón sin peros; un perdón sincero.

Estoy cansada y asustada de volver a cargar con esta sensación de no sentirme vista.

La he sentido hoy y la sentí ayer, cuando invalidaste el daño que me hiciste al principio de relación con otro de tus “no es para tanto”.

“No es para tanto” porque no es tu dolor, porque no sabes cómo se siente y cómo duele, pero tienes todo un año de entradas en las que puedes leer cómo ha dolido y lo que cuesta seguir viendo matices de lo mismo en las nuevas discusiones.

Lo que cuesta confiar, abrirse para decir lo que sientes y que se te cierre la puerta en la cara.

El desgaste ha venido de golpe, con el miedo, como sabíamos que vendría cuando volviese algún patrón de la relación que queríamos dejar atrás y duele mucho, pero más me dolerá a la larga no ser fiel a mí misma y permitir que vuelvan a infravalorar mis sentimientos de esta manera, con algo que se solucionaba tan fácil pidiendo perdón sincero y tratando de entender.

Nunca más. Más para mí que para ti.

Porque tampoco quiero inculcar eso si tengo que educar a alguien, no quiero que nadie crezca a mi lado pensando que decir las cosas que te hacen daño a la gente que quieres es motivo de disputa, no quiero que nadie crezca a mi lado pensando que el hecho de que algo le duela, aunque otra persona no lo entienda, le hace débil y “tiene la piel fina”.

No, no.

Mi persona de vida no puede diezmar mis sentimientos o, sabiendo lo sentimental que soy, sería tremendamente infeliz.


No hay comentarios:

Publicar un comentario