jueves, 12 de septiembre de 2024

Pensamientos.

No sé si he expirado ya todos mis pecados, pero creo que, con este duelo, he cerrado el ciclo.

Entiendo ahora cada una de mis partidas, porque, a grandes rasgos, he experimentado los diferentes puntos de vista desde los que podía mirar un mismo prisma.

En vez de maldecir a mi "mala suerte", he decidido enfocarme en acabar de pulir aquellos aspectos en los que yo me relaciono mal, y agradecer cada una de estas experiencias, porque, como escritora, veo ahora muchos planos de los sentimientos. 

Quiero tomármelo así, como un redescubrimiento de mi psique. Un punto de partida nuevo, solitario.

Estoy convencida de que hay alguien para mí, o tal vez sea otro de esos pensamientos de consuelo que me da mi mente, tras una caída al abismo, pero no paro de leer experiencias de otras mujeres sentimentales que han encontrado con quién expresar sus sentimientos y, aunque no entendidas, sí se sintieron vistas, sin tener miedo a expresarse, sin una persona que se pusiese a la defensiva, solo alguien que también quiere saber cómo eres, cómo es tu lenguaje del amor y cómo te tiene que tratar para que tú también te sientas querida.

Pero mi cabeza lo ve lejano, ahora es rasgada por ese martilleante pensamiento: "¿Era el amor esto para mí? ¿Una sucesión de catastróficas experiencias que me ayudasen a trascender en mis escritos?" "¿O solo es una manera de defenderme ante el dolor de tantos duelos?"

La montaña rusa está aquí, claro. Es compleja y forma parte del duelo.

Ayer transité todas las horas no laborales que me quedaban de luz retraída sobre mí misma, manchando cada textil sobre el que me apoyaba con lágrimas y, cada una de mis acciones y pensamientos, se enfocaron únicamente en ti. Cancelé mis planes, comí de más por ansiedad y me forcé a vomitar, por culpa y malestar. No quería que esa sensación perpetuase más días y me aferraba al miedo de que iba a ser así por mucho tiempo.

Pensaba en Halloween y las expectativas, ahora quebradas, que tenía de ese día. Ni siquiera quiero recrearme en ello aquí, para no seguir tintando de ese sabor agrio mi presente.

Hoy, transcribiendo las entradas del blog, me he encontrado con el texto en que narré punto a punto todas las cosas que me hicieron daño; hoy no romantizo tu ausencia.

He decidido enfocarme en los jueves random y todas esas cosas que soñaba hacer en pareja pero siempre se rompían. Ahora, me parece absurdo esperar a que alguien me acompañe para hacer esas cosas que sueño, posponer fragmentos de felicidad por reservarlos a otra persona. Aunque, confieso, va a ser un poco raro hablar conmigo misma a través de los walkies; hay cosas que voy a tener que posponer.

Hoy es jueves. Todavía no sé qué película de tiburones voy a elegir. No tengo construido el fuerte de sábanas, tampoco he comprado aún el proyector, pero no tengo prisa conmigo misma, de momento, tengo una buena pizza de ayer y unas cuantas Pepsi lima en la nevera; puedo rozar el cielo unas horas.

Estoy viendo Expediente X, que también soñaba con verla en pareja, para poder dormir luego juntos, por si me daba miedo. Ahora sé que dormiré sola, con mi luz de mesita y mis gatos; mi armamento por si las pesadillas carcomen el sueño.

He decidido reformar el comedor para mí, no para que alguien tenga su espacio para mudarse aquí. Si alguien pisa mi vida en un futuro, podemos hacer nuevos planes y encontrar otro lugar en el que estar; no quiero adaptar mi templo a nadie que no sea yo.

Y me haré ese tatuaje para cerrar esta etapa, porque me parece hermoso marcar la piel con un mapa de nuestra vida; recorrer con los dedos los lugares en que fuimos, plasmar esas marcas del corazón en la piel.

Ahora mismo, estoy un poco desorientada. Me abruma el paso de la vida. Sé que es parte de esta nueva etapa, pero me encantaría que pasase rápido, para volver a encontrarme conmigo misma y con la lección aprendida.

Pero bueno, de momento solo me recrearé en que este último año es parte de mi desarrollo personal y tengo que abrazarlo con el amor que se merece.

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