domingo, 15 de septiembre de 2024

Que me parta un rayo.

Tal vez, en un futuro, llegue yo a desvirtuar la exuberante idea de platonismo que recorre mis sentidos cuando pienso en ti.

Pueda yo desprenderme de ese idilio irreal que permuta mi cabeza, no sea yo presa de este sentimiento carcomiente que me mantiene al filo de un amor descafeinado, no sé si por incompatibilidad o porque, realmente, nuestro encuentro ha sido temprano.

Quiero yo permutar en la segunda opción, rasgando el devenir con unas yemas anhelantes de tu piel, de tu presencia, pero, sobre todo, de un hogar que nunca llegamos a construir, basado en una madurez emocional más fortuita.

Me recreo en desconocer cuánto tiempo deba pasar desde que alejemos nuestros caminos, hasta que se crucen nuestros destinos. Me recreo en la posibilidad de que nos convirtamos en arena plomiza ante la ausencia de una realidad tangible.

Qué sé yo del amor, más que me desgarra los tejidos cada vez que me enamoro, siendo complicado desprenderme de mis ideales y de una lucha constante por no rendirme ante los desfalcos de otra persona, por dar más valor a sus luces que a sus sombras.

Qué complejo confiar en las personas.

¡Qué me parta! ¡Qué me parta un rayo si la persona que creo que anida en ti ha sido mero adulterio de mi mente!

No hay comentarios:

Publicar un comentario