Desde que te fuiste, no ha parado de llover. Parece como si el mundo estuviese tan triste como yo. Como si papá quisiese apoyarme y llorar conmigo tu pérdida.
Cuando llegué a casa esta mañana, no me recibiste con la panchita para arriba, esperando que la rasque para estirar las patitas y ponerte feliz.
Me duele en el alma que no estés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario