No tengo hambre. No tengo sueño. No tengo ganas de pasar otro duelo… hoy también quiero dejar de ser yo.
¿Por qué lo romantizo? Si sé de sobra que todo se puede intentar cuando amas de verdad a alguien.
¿Por que te escudo en tu dolor? ¿Por qué te justifico? Porque no quiero ver que, en realidad, no soy la persona de tu vida, no me amas, y eso solo significa que tampoco eres la mía.
Llevo horas sobre mi misma llorando y el dolor no se va… por eso nunca quiero amar. Porque yo también tengo miedo, porque mis sentimientos son más profundos… van más allá.
Me he quebrado y no me apetece recomponerme. A mí solo me apetecía que todos los días fuesen como ese viernes, que creciésemos juntos, que sanásemos y madurásemos. Ahora, se queda solo en el amor, pero el amor no es nada sin las ganas de luchar y hacer las cosas bien.
Me quedo con tu imagen sosteniendo el carrito de nuestra bebé ensartada en el pecho, porque nunca te he dicho que te veía el padre de ella. Nunca te he dicho que me imaginaba viviendo contigo, discutiendo, riendo, amándonos.
Tampoco te lo diré nunca, se quedará conmigo hasta que olvide que sentí todo esto. Hasta que vuelva a adormecerlo.
Ya no serás mi marido. Ya no andarás conmigo de la mano ni redescubriremos cada tramo de la piel del otro. Ya no nos veremos viejos y con arrugas, ya no podremos decir que el amor fue más fuerte porque nos elegimos por encima de los miedos.
Porque no lo hicimos. Porque tú no me has elegido y yo no me he quedado a pesar de eso. Porque ambos hemos elegido separar nuestros caminos.
No puedo cumplir mi promesa ahora y me aterra si serás un extraño la próxima vez que vuelvas, como sentí a mi antiguo mejor amigo… sin remedio. Solo otra puerta al pasado.
Al menos, yo viviré en tus recuerdos. Al menos seré eterna en ellos. Y tú serás una de las pocas personas a las que he amado con el alma en esta vida, creo que te gustaría saber que alguien te quiere así, desde lo genuino y no desde la intensidad.
Desde lo genuino acepto tu decisión, aunque tenga el corazón hecho trizas y tantas horas con un solo café y unas patatas..
Ojalá es lo que repetiré cada día, mientras tu ausencia siga doliéndome así en el pecho… como todas estas horas.
Ojalá me amases otra vez, queriendo ser maduro en esta vuelta y no solo emocional.
Ojalá dejases que te amase yo esta vez, desde todo lo bonito que sé amar y no solo desde mis heridas.
Ahora le tengo que decir a mi mente que deje de esperarte, que hay que avanzar y no cerrarse al amor… pero cómo hago eso… dime.