sábado, 20 de septiembre de 2025

Vísceras. Bitácora 5.

Siento que siempre tengo que ser perfecta para ti, que no puedo mostrarte mis sentimientos porque eres frágil a ellos, porque los tomas como balas en vez de como puertas a la conexión. Siento que siempre tengo que ser estable y que tengo que estar hipervigilante, porque las cosas que no te gustan no las hablas, solo las guardas y te alejas en consecuencia, creas muros en vez de ser vulnerable y decirle a las personas que amas qué pasa, para poder arreglarlo. Eso es el inicio de  las dinámicas tóxicas y aterra pensar en no tener descanso realmente, porque contigo nunca se sabe si algo te ha sentado mal, porque no eres cálido cuando algo te molesta, no eres constructivo. Para ti, el daño siempre está fuera, no ves que estos mismos patrones son los que crean también ese daño y prefieres aislarte emocionalmente a trabajarlos.

Contigo, tengo que ser perfecta y seguir fustigándome por una versión mía que no te gustó, sin ver la versión tuya que me ofreciste, sin ver que también me hiciste daño y que tu eterna condena a mí me sigue pesando. Me has tratado como si fuese carnaza, me has dejado entrar, a tu lado de nuevo, has sido constante, has tocado mi cuerpo, todo y sabiendo que no ibas a abrirte emocionalmente a mí, todo y sabiendo que llevas dos años juzgándome por lo mismo, solo que yo no sabía que no podía abrirme en ese momento y tú eras plenamente conocedor de que siempre iba a pesar más el ego.

¿Que tengo que hacer con todo esto? Hablarte desde ahí es manchar nuestra despedida, después de todo el amor que tengo para cerrar, así que, debo dejar que vivas en la inopia, pensando que soy yo la causante de que estemos así.

No podríamos crecer con tus constantes bloqueos a hablar las heridas y sanar. No podríamos crecer sin un lugar en que dejar ir eso y tú no quieres trabajarlo… lo que es sinónimo de que no vamos a crecer nunca juntos, y duele como estacas…

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