La trivialidad humana en su máximo esplendor, así es como definiría hoy mi paso por la existencia.
Creo que el ser humano está limitado porque no ahonda en los misterios de la psique, que es, en sí, su motor raíz.
La humanidad transita la cotidianidad y se limita a lo sencillo, dejando de ahondar en quienes son aquellos de los que se ve rodeado. El propio individuo se limita a sí mismo porque se impide transitar su propia conciencia e indagar en su propio centro.
Somos una especie limitada por nuestra propia raza, que dictatorialmente ha impuesto un degrado en la capacidad mental camuflado en forma de aliciente.
Me he dado cuenta que me transito mejor en el paso conmigo misma por la soledad, donde no tengo esperanza de compartir estos pensamientos con nadie cuando sé de antemano que es poco casual que los vayan a comprender. Esta es mi intensidad en su máximo esplendor y así es como me gusta vivirla cuando, después de una manera, estoy en esta cresta.
Temo mi siguiente paso por la cotidianidad, porque siento que se me va a volver a apagar la mente y caeré presa de mis instintos más primarios.
Ojalá poder estar siempre por encima de ello, como hoy.
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