Tal vez, lo que manifieste no seas tú, sino algo que se parece a ti.
Tal vez, mi subconsciente haya enloquecido y vuelva a tergiversar toxicidad y salud. Qué sé yo de mi cabeza, más que me toca habitarla sin comprender todavía sus laberintos.
Qué se yo de mi cabeza, más que me muestra ideas disonantes que acojo con la vehemencia del loco.
Me balanceo en esta ausencia agridulce, a medio camino entre abandonar por completo o esperar esos diez días, qué absurdo volver a estar en esta misma encrucijada y no tener claro si esta vez es lo mismo, o es algo distinto.
¿Por qué todo tiene que empezar así? ¿es esto otra prueba y soy incapaz de verla en su totalidad?
Estoy a un paso de abandonar, de meter en mi cabeza otras vertientes que me alejen por completo de ti, pero... te veo, y veo el alma que me has mostrado. Vaya jodienda.
Esta sensibilidad me tiene harta, no sé por qué me expongo tanto.
Debe de ser otra prueba... y yo sigo relamiéndome entre el hecho de que no me importes nada y me fastidies tanto.
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