miércoles, 7 de mayo de 2025

Presencia.

Me dices que, hablar conmigo, es como un masaje suave en tu cerebro, y me siento en calma, sin que tú sepas que he pasado una tormenta hasta escuchar esas palabras, sin que tú sepas que, de dónde vengo, mi presencia era rechazada por esa misma intensidad que tu abrazas con tanta dulzura.

Te escucho hablar de lo que sientes, sin miedo a ser vulnerable ante mi presencia, y siento que nuestras almas convergen en una sola, que se ven, que se reconocen y se sienten.

No tengo miedo a que tu presencia acabe por desvanecerse en el tiempo, porque la he sentido a través de la contemplación y sé que es real, aunque el destino separe nuestros caminos. Has abierto la puerta a saber que, el temor que devoraba mis entrañas ante la ausencia de alguien que pudiese dar lugar a mis sentimientos era solo fundado en las cicatrices de elegir a las personas por los traumas de mi infancia, pero a ti… a ti te elige mi madurez, no mis miedos, y se siente realmente bien bailar contigo, aunque solo sea un ratito.

Tu curiosidad tan ávida me desnuda y, mucho antes de que hayas podido ver mi cuerpo, tú ya me has visto. No soy carne para ti, soy presencia, no sé qué pueda haber más bonito que eso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario