lunes, 19 de noviembre de 2012

1

No pretendía que llegase a lugar alguno, solo que el cielo se pintase del color que me transmitían sus ojos, no era cuestión de profundizar y escarbar, nada de marcar nada con fuego.. esas cosas al principio no duelen, pero a la larga dejan cicatriz. Yo lo único que quería es que sintiésemos lo mismo al mirarnos, que cada sonrisa fuese un billete a una sonrisa nueva, que el ruido dejase de existir cuando hablase.. nada de que los latidos del corazón formasen un ritmo descontrolado que se extendiese por mi piel, nadie quiere sentimientos tan grandes, más bien que él mismo pusiese la melodía sobre mis costillas, y que nuestros heridos mundos, por distintos que fuesen, formasen uno solo, un solo lugar en el que yacer plácidamente acompañados de una realidad ficticia, porque la real siempre acababa estropeándose, no es que el mundo real fuese un lugar horrible, no, no es del todo eso, sino que la crueldad de mi propia raza se limitaba a destruirlo, y yo no quería que nosotros formásemos parte de esa destrucción, solo quería… eso; que se decidiese a cerrar el capítulo de nuestras vidas que a los dos nos falta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario