lunes, 26 de noviembre de 2012

La simplicidad que fomenta el desastre.

Y ese augurio se extendía sobre mí, sobre mi ser, y hubiese impregnado mi alma de no ser porque esta había sido absorbida dejando un cascarón vacío, provisto solo de arañazos, de largas cicatrices, de pequeños agujeros por los que se escapa ese ser tintado de augurio. Podéis haceros una remota idea de lo que aluden mis palabras, pero no podéis sentir la mella de los sentimientos que estas albergan. Soy la suave brisa que desencadena al huracán, el caos, la desolación.. el ente que habita entre los muros malditos de un cementerio indio; la simplicidad que fomenta el desastre. ¿Habéis escuchado aullidos esta noche de tormenta? tal vez se trate de mi alma, que no encuentra el camino de vuelta. Las paredes de mi cráneo son diferentes a las vuestras, albergan fantasmas que no pueden escapar de su prisión de recuerdos, albergan tierras infectas de podredumbre y nada bueno sale de ellas... pero hoy.. hoy busco otro tormento entre esos muros, hoy busco que mis ojos no se cierren, que el sueño pese más que ese augurio, que desaparezca ese vacío, pues ni yo misma sé qué pasará entre estos muros mañana.

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