domingo, 18 de noviembre de 2012

Dragón.

Permanecieron quietos mientras el silencio reinaba cada tramo de aquel frío callejón acompañado de la penumbra, en el cielo se extendía un inmenso manto de estrellas algunas de las cuales quedaban ocultas tras pequeñas nubes que se desplazaban lentamente pasando bajo la imagen de una redonda Luna que se alzaba en la cumbre dejando caer rayos plateados através de la oscuridad.
Ella miraba las nubes con anhelo, como si fuesen trozos que se habían desprendido de su alma. Evadiendo el deseo de alcanzarlas bajó la mirada hacia él, que hasta entonces había permanecido quieto, mirándola. Ella cayó en la cuenta de lo estúpida que habría parecido cuando miraba ausente al cielo y se ruborizó, posó su mirada en la de él buscando un atisbo de rechazo o pesadez, pero en vez de eso se encontró una mirada limpia y pura, el círculo de su pupila quedaba rodeado de un aro verde esmeralda que a medida que llegaba al límite de su iris se iba oscureciendo hasta alcanzar la intensidad del verde pino. El aturdimiento fue tal que apenas se percató de que poco a poco se había ido acercando a ella, le tendió una mano, el tacto fue gélido.
-Confía en mi..- dijo él soltándole la mano y retrocediendo varios pasos incitando a que el viento le siguiese.
Un huracán se formó bajo sus pies y se fue extendiendo hasta rodear por completo su cuerpo mientras le elevaba hacia el cielo. Todo quedó en calma, y por inercia ella miró hacia arriba; una inmensa sombra se avalanzó provocando que cerrase los ojos aterrorizada. Sintió que su cuerpo se sacudía y abrió los ojos. Volaba. Volaba sentada en el lomo de un inmenso dragón negro, cualquier persona habría gritado e intentado herir a la bestia, pero ella no, sabía que se trataba de él, oía su entrecortada respiración, sentía sus cálidos latidos, veía en el verde de sus ojos el alma del hombre al que amaba. Alzó una mano hacia el cielo, y él, como si llevase escuchando sus pensamientos desde que habían llegado al callejón, la elevó un poco más hasta concederle el deseo de tocar las nubes, que suavemente se escurrían entre sus dedos...





9 Julio de 2011.

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