lunes, 19 de noviembre de 2012

Mensaje vacío.

He vuelto a caer percatándome de las palabras que no dices, los gestos que no haces, las miradas que no echas, los sentimientos que no sientes… hoy supongo que he despertado un poco del ensimismamiento del que soy presa desde hace tantos meses, hoy he visto parte de la realidad que mi mente grita pero mi corazón no quiere escuchar, tu ausencia y yo hemos sido cómplices esta vez, ¿sabes lo que me decía? que no te importaba verme, que eres incapaz de esperar por mí, pero que eso le agrada ya que así puede estar cerca de mi presencia y abrazarla gélidamente hasta traspasar la piel y quedar aferrada a mis huesos. Un sentimiento de vacío inunda mi estómago, sé que notas en mi mirada aquello que mis labios callan, también sé que  serías incapaz de decirme que lo que tu lengua no dice es totalmente distinto a los sentimientos que exhala mi alma, y que es por pura cortesía por lo que aún mantienes  esa sonrisa, pero muy a mi pesar, después de eso va un punto. Supongo que tampoco eres consciente de todo lo que siento por ti, solo ves un atisbo en el brillo de mi mirada, pero no eres capaz de comprender la complejidad que mis sentimientos suelen adquirir cuando son sinceros, no te culpo, tan solo conoces una parte de todo lo que oculto tras esta fachada, pero deberías saber que mis sentimientos solo han sido puros una vez y que desde entonces no he vuelto a encontrar a nadie que me pareciese tan especial como para reanimarlos, hasta que entraste en mi vida. Me gustaría poder deshacerme de estos sentimientos, de esta forma de sentirme, pero me es imposible controlar las reacciones químicas o las sustancias que segrega mi corazón  solo con que tu imagen se cruce por mi mente, es un órgano involuntario, y como bien sabrás, el cerebro es incapaz de dominarlo. Si leyeses esto, pensarías que estoy haciendo una montaña de un grano de arena, pero jamás caerías en la cuenta de lo difícil que eres de comprender, de lo que me ha costado y me sigue costando acercarme a ti, de que seas el causante de esta adicción tan poco sana que me lleva a no querer aspirar a nada más que tus brazos y besos eternos, del miedo que tengo a que un día me digas lo pesada que te resulto, lo agobiado que estas de mi presencia o directamente encontrarme con la ausencia de tus palabras..

No hay comentarios:

Publicar un comentario